Mañana comenzamos un nuevo mes y me parece un buen momento para que todos nos preguntemos qué es lo que queremos hacer, cómo queremos vivir nuestra vida, qué queremos conseguir… Es un momento óptimo para marcarnos una meta: ambiciosa, pero alcanzable.

Tengo por costumbre fijarme una tarea semanal. Cuando acaba la semana veo en qué medida la he cumplido. Y, además de perfeccionarla si cabe, empiezo con otra. Que una meta sea alcanzable no significa que nos tengamos que conformar. ¡No! Pero hay que recordar que todo lo bueno que tiene tener ilusiones lo tiene de malo la frustración de no haberlas cumplido. Por eso, te invito a que te fijes metas que puedas alcanzar, y que les pongas fecha. La satisfacción que te proporcionará el haberlas cumplido te llevará a fijarte nuevas metas y, poco a poco, irás dando forma a tus ilusiones.

Decía Victor Hugo: “Con la realidad se vive, con el ideal se existe. Los animales viven, sólo el hombre existe”. Pues bien, te animo a que tengas ideales, un objetivo, un porqué que te suponga trabajo, esfuerzo y dedicación porque sólo así tendrás una vida plena y contagiarás tu ilusión por conseguirlo en tu entorno.

Puede que tu meta, tu objetivo, tu ideal… te parezcan pequeños, pero te aseguro que contribuirás a iniciar el cambio. En mis conferencias siempre me gusta insistir sobre una cosa: Si cada uno de nosotros cuidamos nuestro jardín poco a poco se notará en esta gran finca en la que vivimos.

¡Cultiva tus ideales!