¿Con qué sueñas? ¿Qué vas a hacer para alcanzar tus sueños?

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Sueños. ¿Los tienes? ¿Cuáles son? ¿Trabajas cada día por alcanzarlos? Septiembre es un mes de sueños, ¿no os parece? Es un poco como enero porque parece que todo vuelve a comenzar y que todo es posible si nos lo proponemos. Tenemos en nuestra retina grabados los recuerdos de esos comienzos de curso ¿verdad?

¿Cuáles eran vuestros sueños de niños? ¿En esos inicios de curso escolar con olor a libros nuevos, a lápices, a reencuentros…?

¿Qué habéis hecho para conseguir cumplir esos sueños?

¿Cuáles son ahora vuestros sueños? ¿Vuestras metas? ¿Vuestros objetivos? ¿Qué estáis haciendo para conseguirlos?

¡Cuántas preguntas! ¿verdad? No es necesario que contestéis todavía. Primero, quiero compartir un cuento que encontré en Internet -de autor desconocido- y que se titula ‘Libre como los pájaros’.

“Un día, una joven muy triste acudió a un viejo sabio.

  • Maestro, ¿puedes ayudarme a superar mi tristeza, ir tras mis sueños y recuperar la felicidad?, dijo la joven, entre sollozos.
  • Claro que sí, hija. Ven conmigo y te revelaré algunas de las claves que me han ayudado en mi vida a alcanzar mis sueños y a ser más y más feliz cada día.

El maestro y su discípula caminaron unos kilómetros, hasta un paisaje de imponente belleza. Sentados a la vera de un lago, el Maestro le dio las claves del secreto de su felicidad.

  • Primero, haz como los pájaros: comienza el día cantando. La música es alimento para el espíritu. Canta cualquier cosa, canta desafinando, pero canta. Cantar dilata los pulmones y abre el alma para todo lo bueno que la vida te ofrece. Si insistes en no cantar, por lo menos escucha mucha música y déjate llevar por ella.
  • Segundo, ríete de la vida, ríete de los problemas, ríete de ti mismo. La gente comienza a ser feliz cuando es capaz de reírse de sí misma. Ríete de las cosas buenas que te suceden. Ríete abiertamente para que todos se puedan contagiar de tu alegría.
  • Tercero, no te dejes abatir por los problemas y busca la forma de hacerles frente y convertirlos en oportunidades de crecimiento. Si procuras convencerte de que estás bien, vas a ponerte manos a la obra y, cuando menos lo pienses, te vas a sentir realmente bien.
  • Cuarto: ten en cuenta que el buen humor, así como el mal humor, se contagian. ¿Cuál de ellos vas a escoger? Si estás de buen humor, las personas a tu alrededor también lo estarán, y eso te dará más fuerza.
  • Quinto: lee cosas positivas. Lee buenos libros, lee poesía, porque la poesía es el arte de aceitar el alma. Lee romances, historias de amor, o cualquier cosa que haga reavivar tus sentimientos más íntimos, más puros.
  • Sexto: muévete, camina, practica algún deporte. ¡El peso de la cabeza es muy grande y tiene que ser contrarrestado con algo! Además, te vas a sentir más animado, más joven.
  • Séptimo, encara tus obligaciones con satisfacción. Es maravilloso disfrutar de lo que se hace. Pon amor en todo lo que está a tu alcance. Cuando te propongas hacer algo, ¡metete de cabeza! No dejes escapar las oportunidades que la vida te ofrece para alcanzar tus sueños, ellas no vuelven. No eres tú que está pasando, son las oportunidades que dejaste ir.
  • Octavo: recuerda que ninguna barrera es infranqueable si estás dispuesta a perseverar y atravesarla. No dejes que tus problemas se acumulen, resuélvelos lo antes posible. Habla, conversa, explica, discute, perdona: el resentimiento y la culpa sólo te hacen daño a ti.
  • Noveno: exprésate, deja que las personas sepan que las quieres, las amas, que las necesitas, principalmente a tu familia y amigos.
  • Décimo: vuelve a las cosas puras, dedica un tiempo a estar en contacto con la naturaleza. Cultiva tu interior, él hará que brote belleza de todos tus poros.

Y, finalmente, el Maestro le dijo: no seas perezosa. Si tus propósitos son positivos, nada podrá detenerlos. Hija mía, ¡anímate a ser feliz y a cumplir tus sueños!”

¡Qué sencillo y qué complicado a la vez! ¿Verdad?

Los sueños son esas metas que nos ponemos cada día y por las que vamos dando pasos, avanzando. Pero no debemos olvidarnos de la importancia de disfrutar de ese camino hacia nuestros objetivos.

Mirad, cuando nos proponemos disfrutar con lo que hacemos, alcanzar la meta, conquistar nuestros sueños es mucho más fácil. Porque no se trata solo de soñar sino de disfrutar con la estrategia, con el trabajo diario que realizamos para conseguir ese sueño. Como en el colegio, cuando de niños soñábamos con ser grandes deportistas, astronautas, policías o médicos, y disfrutábamos cada día de nuestra jornada escolar -el primer paso para alcanzar esos sueños-, de compartir nuestros sueños con nuestros compañeros o de esos maestros que nos preparaban.

Por eso, creo que la pregunta que debemos hacernos es, ¿cómo voy a disfrutar de mi camino hacia mis sueños? Y, para ello, además de seguir las claves que da el maestro del cuento a su discípula, os invito a que os rodeéis de esas personas adecuadas que os van a acompañar en vuestro camino hacia vuestros sueños, esas personas que van a estar ahí cuando queráis tirar la toalla, esas personas que os van a empujar en momentos difíciles y en las que siempre podéis confiar. ¿Ya les habéis puesto cara verdad?

Y os quiero invitar también a celebrar las pequeñas victorias. Muchas veces, esos pequeños pasos son el empujón que nos va a llevar hacia la cima que ansiamos alcanzar. ¡Celebremos y sintámonos orgullosos de lo conseguido hasta ahora! Os animo a que -hoy mismo- echéis la vista atrás y os percatéis de todo lo que habéis avanzado. ¡Y os felicitéis por ello!

Por último, y para no cargaros de deberes en septiembre, ¿qué tal si hacemos un par de listas en un papel? En una, con los sueños que teníamos y que hemos cumplido. En la otra, esos otros que nos gustaría alcanzar…

¿Nos ponemos manos a la obra? ¿Te atreves a cumplir tus sueños y a disfrutar del camino hasta conseguirlos?

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