¿Hablamos de felicidad?
¿Y si hablamos de felicidad? A muchos les ha sorprendido el resultado de las últimas encuestas de Eurostat sobre la felicidad en Europa. Principalmente, el dato que revela que los españoles obtenemos un 7,45 de nota media sobre 10 cuando nos preguntan acerca de si nos sentimos felices. A pesar de la situación complicada que estamos viviendo, los españoles ¡nos sentimos felices!
He de admitir que, lejos de sorprenderme, el dato me congratula. Porque me reafirma en mi pensamiento de que la felicidad nos la proporcionan las cosas más pequeñas, esas a las que en ocasiones no prestamos toda la atención que merecen, pero que están allí en los buenos y en los malos momentos, con riqueza o sin ella, en las situaciones alegres y en las complicadas.
Hace ya algún tiempo que realicé una encuesta –mucho más modesta que la de Eurostat- a mis amigos de las Redes Sociales. Les invité a contarme su definición de felicidad, esa palabra tan grande, pero tan real. Y ya entonces pude comprobar que para la mayoría de nosotros la felicidad no se alcanza con las cosas materiales sino que es un sentimiento mucho más profundo al que llegamos con el amor, la amistad, el cuidado, la ayuda, el esfuerzo, el trabajo bien hecho, la generosidad, el agradecimiento…
Y si esto es lo que pensamos la mayoría, ¿a qué estamos esperando para empezar a disfrutar, para empezar a ser felices, para empezar a valorar lo que tenemos y contagiar ilusión en nuestro entorno?
Me gustaría invitarte a realizar un sencillo ejercicio que te puede ayudar a percibir un poquito más tu felicidad:
-No te vayas a dormir sin escribir en un papel las cosas que han contribuido a tu felicidad ese día: “los buenos días de tu hijo, el beso de tu pareja, el abrazo de ese amigo, un buen resultado académico o laboral, el encuentro con ese amigo de la infancia, el sabor de ese guiso, el sol, ver amanecer…”
-Hazlo cada día y da las gracias por ello.
Así, aprenderás a identificar las cosas que verdaderamente te hacen feliz…¡y a valorarlas! Y, al igual, que en la Encuesta de Eurostat te darás cuenta de que la felicidad no se corresponde con el Producto Interior Bruto de cada país, ni con tu cuenta corriente o con los coches y vestidos que tengas sino que depende de nosotros mismos…
¿Te animas a ser feliz?
Me encanta la reflexión y el consejo de dar las gracias cada noche. Yo como psicóloga, animo a mis pacientes a que hagan este tipo de cosas, pero en muchas ocasiones se me olvida aplicármelo a mi. Este tipo de cosas hacen que sea consciente de que, como dijiste en la conferencia de Palma(a la que tuve la gran suerte de asistir), salga del modo automático en el que entramos casi sin darnos cuenta.
Muchas gracias.
Cristina Hipólito.
Amigos, el hecho de marcarse un camino hacia la felicidad es el mayor motivador que puede existir. ¿quién no ha pasado un momento desagradable en su lado profesional? El hecho de hacer bien el trabajo simplemente por el hecho de ser más feliz y de contribuir con ello a la felicidad de los tuyos es muy satisfactorio. Luís tiene toda la razón, cuando vienen malas es el momento de poner en valor aquello que nos hace felices, esas pequeñas cosas tan importantes. Llamemos a los que queremos simplemente para oir su voz y que ellos oigan la nuestra.
Seamos agricultores, plantemos felicidad todos los días … y no nos olvidemos ¡de cuidarla y de cosecharla!
Un abrazo,
Jose