Eres único. Cada uno de nosotros lo somos. Esta semana, en mi post quiero reflexionar acerca de la importancia de conectar con nuestro propio yo, de tener el valor de ser nosotros mismos, sin copiar a los demás… de la urgencia de que admitamos que somos únicos y que eso nos hace valiosos.

¿Te animas a dejar de lado de las apariencias y a trabajar en todos esos valores que te hacen diferente a los demás?

Quiero comenzar este post con una leyenda preciosa que he leído y que quiero compartir con todos vosotros:

“Cuenta la leyenda que, en una de las numerosas tribus de África, cuando una mujer se entera de que está esperando un hijo, corre a decírselo a las otras mujeres de la tribu. Ellas creen que cada persona tiene una canción muy suya, la Canción de la Vida. Por eso, unos días más tarde de conocer la buena nueva, al amanecer, se adentran en la selva para descubrir, juntas, la canción de la nueva criatura.

Cuando la madre está embarazada, enseña la canción del bebé a la gente del lugar, para que cuando nazca, las ancianas y quienes estén a su lado, le canten para darle la bienvenida. Y así lo hacen. En el momento en el que el bebé nace, todos le cantan su canción.

A medida que la criatura va creciendo, cuando se lastima o cae o cuando hace algo bueno, como forma de honrarlo, la gente de la tribu canta su canción.

Si, por lo contrario, hace algo malo o comete algún error grave, lo llaman al centro del poblado y la gente de la comunidad lo rodea. Entonces…le cantan su canción.

Esta tribu africana cree que la forma de corregir un comportamiento antisocial no es el castigo, sino el amor y la recuperación de la identidad. ¿Y qué mejor manera que cantando esa canción que le recuerde que ya antes de llegar a este mundo era esperado, soñado, querido…

Cada cual tiene una canción, un nombre, una vibración especial que lo hace único”.

¿Qué os parece?

Nosotros también tenemos esa canción. Esa particularidad que nos hace únicos. ¿Conoces la tuya? ¿Vives esa autenticidad o prefieres seguir lo que hace el resto? ¿Pretendes ser alguien que no eres o actuar de forma contraria a tus sentimientos?

Cuando vivimos de forma prestada, sin mostrar nuestra particular forma de vibrar nos asalta la inseguridad, la preocupación, la ansiedad… porque estamos en un constante trabajo de aparentar ser lo que no somos ante los demás y ante nosotros mismos…

Por eso, esta semana os invito a vivir de manera auténtica, a defender vuestros principios más allá de las modas o de las tendencias. Porque, son sólo eso: modas, tendencias… Pero lo realmente válido, lo que queda, lo que deja huella de nuestro paso por la vida es lo auténtico y en la diversidad, en las particularidades de cada uno se encuentra la riqueza. ¡Y sí! para ser auténtico hay que ser muy valiente. Porque, en ocasiones, se trata de romper con lo establecido.

Para ser auténtico, único… lo primero que tenemos que hacer es conocernos. ¡Conocer cuál es nuestra canción! ¿Conoces la tuya? Si es así, ¡enhorabuena! Pero si no la escuchas, te animo a que te reúnas contigo mismo y te preguntes cuál es ese rasgo que te hace diferente, único, cuáles son tus valores, tus creencias, tus ideales, tu para qué… Pasa tiempo a solas contigo mismo. ¡Escúchate! Para ser auténtico necesitas conocerte, observarte. ¡Lánzate estas preguntas!: ¿Estás satisfecho con tu vida, con tus amistades, con tu trabajo? ¿Cómo te sientes hoy? ¿Cómo has vivido el día? ¿Qué cambiarías? ¿Qué repetirías?

Una vez conozcas tu canción, la que te hace vibrar… llega el momento de aceptarla. Porque una vez te conozcas como persona tienes que quererte y seguir creciendo. Crecerás cuando desarrolles tus fortalezas y asumas que también tienes que mejorar muchas cosas. Todos tenemos cosas por cambiar. Todas estas cualidades, unas para potenciar y otras por desarrollar, te proporcionarán muchos aprendizajes para que sigas avanzando y creciendo.

Por último, llega el momento más difícil. Se trata de mostrar tu auténtico ser a los demás. Sin disfraces. Puede que te dé miedo mostrarte tal y como eres, pero siempre será más fácil hacerlo desde la propia aceptación. ¡Te lo aseguro! Porque, el ‘qué dirán’ siempre está presente en nuestro camino hacia nuestra autenticidad…, pero debemos de tener claro que, aunque no podemos gustar a todos, tenemos el deber -tanto con nosotros como con la sociedad- de ser nosotros mismos, de aportar nuestra particularidad al mundo.

Cuando conectes con tu canción, cuando conozcas qué es lo que te hace único y auténtico, no tengas reparos a la hora de mostrarlo a los demás, te aseguro que tu vida será más rica porque conseguirás compartir todas esas fortalezas con los que te rodean viviendo de forma coherente con lo que piensas, sientes y haces. A partir de ahí… ¡eres imparable!

Y tú, ¿eres único? ¿Conoces tu canción? ¿Te animas a vibrar y a hacer vibrar al mundo con ella?