Liderazgo. ¿Sabes reconocerlo?
Liderazgo. Esta semana os propongo una reflexión sobre esas personas que consideramos líderes. Incluso, me gustaría que analizarais si vosotros creéis que sois líderes, y si es así, ¿cómo desarrolláis el liderazgo?
Hace unos días publicaba en mi cuenta de Instagram una frase atribuida a Henry Miller: “El auténtico líder no tiene que liderar, simplemente está satisfecho con señalar el camino”. ¿Qué os parece?
¿Sois auténticos líderes? ¿Sabéis reconocer el liderazgo?
Como cada semana, os propongo una lectura que ha llamado mi atención y que me ha ayudado a reflexionar acerca del liderazgo. Se titula ‘Las obras del reino’, y no he podido encontrar su autoría. Os invito a leerla.
“Cierto rey ordenó a sus dos hijos construir dos grandes acueductos que llevaran agua a los maltrechos campos reales, muy castigados por una gran sequía. El primero tomó parte de las riquezas y ejércitos del padre y con ellos fue al Norte, donde ordenó a los habitantes de aquellas tierras trabajar duro en la construcción de la gran obra. El hijo del rey dirigió la obra diligentemente, pagando justamente a los aldeanos y terminándola en el tiempo previsto de dos años
Orgulloso de su trabajo, se presentó en Palacio, donde se encontró con las celebraciones por la próxima coronación de su hermano como rey. Le contaron que había tardado sólo un año en construir el acueducto del Sur, y que lo había hecho sin apenas soldados ni dinero.
Aquello le pareció tan extraño que comenzó a investigar la obra del sur, llegando a descubrir no pocas irregularidades. Volvió entonces alarmado a informar a su padre para evitar la locura de la coronación de su hermano
- ¿Por qué dices eso? ¿hay algo que deba saber? – respondió el rey-
- Sabes cuánto quiero a mi hermano, pero debe haberse vuelto loco, pues ha manchado nuestro nombre mil veces. Construyó el acueducto desviándose de los planos. Creó salidas de agua que llegan a otros campos antes del tuyo, al que apenas llega la mitad del agua. Desafió al primer ministro en presencia de los aldeanos, se fue sin pagar nada a quienes trabajaron, y hasta utilizó a tus soldados como obreros. Y quién sabe si esto es sólo el principio…
El rey, mirando a su hijo con cariño, respondió.
- Hijo mío, lo que dices es cierto. Tu hermano tuvo la iniciativa de modificar la obra para mejorarla; la sabiduría para proponer algo que mejoraría las vidas de todos y así convencer a los aldeanos de trabajar rápido y gratis; la valentía para enfrentarse al primer ministro por defender la justicia; y el carisma para poner a sus soldados a trabajar en la obra más horas que los aldeanos. Su compromiso fue tan grande, que él mismo fue quien más tiempo dedicó a trabajar, olvidando su condición de príncipe. ¿Sabes, hijo? Es por estas cosas que todo el mundo adora a tu hermano y harían lo que él les pidiera. Más que su rey, ahora es su líder.
El príncipe se marchó pensativo, reconociendo en las palabras de su padre la grandeza de su hermano. Y sin dudarlo, corrió a felicitarle”.
Reconociendo la grandeza de su hermano… Estas palabras llamaron mi atención cuando leí por primera vez esta historia. Porque creo que para afirmar que estamos ante un líder es casi obligado reconocer su grandeza. Admirarlo por su manera de ser, de actuar, de trabajar, de razonar… porque el auténtico líder es ejemplo para los demás.
Mirad. El liderazgo se ejerce desde la comprensión y el respeto. No se trata de ser el que más manda, el que eleva más la voz ante los demás o el que tiene más poder sobre el resto. Porque tener poder no implica ser el líder.
¿Os atreveríais a enumerar algunas de las características que debe tener un buen líder?
-Empatía. Creo que es la primera de todas. Ha de preocuparse por los demás y saber ponerse en su lugar. Porque sin empatía es difícil ser ejemplo para el resto de las personas a las que aspiras a liderar.
-Capacidad de trabajo. ¿Sabéis que el buen líder es el que más trabaja? Porque es ejemplo ¡no lo olvidemos!
-Perseverancia. ¿Os imagináis que el líder se rinde ante la primera dificultad que encuentre? ¿Verdad que no?
-Confianza. La persona que es capaz de ejercer el liderazgo confía en su equipo de trabajo, en sus compañeros… ¿Cómo sino puede acompañarlos en ese camino conjunto hasta alcanzar los objetivos?
-Ilusión. ¡Sí! El líder tiene ilusión y, lo que es más importante, sabe transmitir, contagiar, esa ilusión al resto del equipo. De manera que exista un compromiso conjunto por el trabajo bien realizado.
Cuando estamos ante un líder nos damos cuenta, ¿verdad? Porque nos contagia su ilusión, su pasión por lo que hace… nos proporciona confianza plena en su objetivo y nos anima a acompañarle hasta alcanzar la meta. ¡Qué maravilla! ¡Es capaz de sacar lo mejor de nosotros mismos, incluso cualidades o destrezas que no sabíamos que teníamos!
¿Y nosotros? ¿Somos capaces de ejercer el liderazgo?
Hoy os voy a poner deberes. Os propongo que repaséis una por una las características que he citado y que ha de reunir un buen líder. Apuntad en un papel esas que creéis que tenéis o que podéis desarrollar y que ¡os pongáis manos a la obra! Porque, quizás, en un futuro no muy lejano podéis llegar a ser ese ejemplo para los demás, esa mano que los acompañe en el camino hacia un objetivo común, esa persona que les contagie la ilusión que tanta falta les hace… en definitiva, esa persona que encarne la grandeza de un buen líder.