¿Tenemos razones para el optimismo?
Muchos de vosotros seguro que os preguntaréis ¿de verdad tenemos motivos para el optimismo? ¡Os aseguro que sí! Y esta semana me gustaría reflexionar sobre ellos. Porque sólo es necesario pararse y pensar un poco para darnos cuenta de la suerte que tenemos al haber nacido en la parte del mundo en la que hemos nacido. Y así poder afirmar tajantemente que ¡tenemos motivos para el optimismo!
. Podemos ser optimistas porque vivimos en una sociedad en la que los avances científicos nos permiten luchar contra las enfermedades, alargar nuestras expectativas de vida, mejorar la calidad de vida, en definitiva, una sociedad que nos permite vivir más y mejor.
. Podemos ser optimismas porque abrimos un grifo y sale agua corriente, porque le damos al interruptor y tenemos luz eléctrica, porque cada día descubrimos algo que mejora nuestro día a día.
(…)
Ahora dime, ¿de verdad que no encuentras ninguna razón para el optimismo en tu vida? ¡No se trata de conformarnos con nuestra existencia o ver sólo el lado positivo de la vida! ¡¡¡No seamos ñoños!!! ¡Se trata de ser realistas, ver la vida con objetividad, con sus cosas buenas y no tan buenas! Y creo que lo soy cuando te insisto en que no tenemos razones objetivas para dejar de lado nuestro optimismo, a pesar de que estemos viviendo en una época compleja, porque podemos encontrar situaciones en las que nos sintamos que somos unos privilegiados. ¡Qué no darían nuestros antepasados por vivir como lo hacemos nosotros! ¿No sería un lujo nuestra vida en muchos otros puntos del planeta? ¿De verdad que tenemos que estar todo el día lamentándonos por no poder comprarnos tal o cual cosa, por no poder hacer ese viaje…?
Te propongo que empieces a buscar razones diarias para el optimismo. Incluso en esta etapa hay un lado optimista. ¡Sí! Se ha incrementado el altruismo, somos más empáticos, más solidarios, más creativos, más innovadores… cada vez hay más personas que dedican su vida a desarrollar su pasión, hemos afianzado las redes familiares y los lazos de amistad, valoramos más la naturaleza, el disfrute de las cosas sencillas que no cuestan dinero, pero valen mucho… ¿no te parece que tenemos razones para el optimismo?
Cuando hayas encontrado las tuyas te animo a compartirlas conmigo, con nosotros, para que entre todos encontremos la forma de afrontar la vida con optimismo ¿Te sumas a este proyecto? ¡Vale la pena!
me he tenido seimpre por optimista. Supongo que el optimismo es un camino de fondo… pero los días como hoy en que he tenido una noticia negativa respecto a la salud de un familiar muy muy cercano (de los más cercanos que podamos tener)… hoy sí me cuesta ver el lado positivo.
En demasiadas ocasiones se tiende a ver el optimismo o al optimista como algo o alguien que está fuera de la realidad. Que gran error!! Es una actitud ante las cosas que te permite afrontar la verdadera carrera de fondo que es la vida que nos ha tocado vivir de la forma más feliz, proactiva y positiva posible. Ayuda a sobrepasar momentos complicados como el que Sara comenta y creer que los problemas tienen solución.
Aprovecho para compartir con toda la gente de Reilusionarse un video del grupo Calle 13 que nos dá toda una lección de lo que hablamos desde ese mundo menos agraciado que comenta Luis. https://www.youtube.com/watch?v=v_zZmsFZDaM
Tanto la letra como el video dirigido por Campanela (El hijo de la novia) no tienen desperdicio.
Excelente página !!!
Se ve la vida de una manera real, sin fantasías
Apostándole a ser una mejor persona, a cambiar nuestra realidad, nuestro entorno a imprimir deseos de vivir y hacer las cosas de la mejor manera posible
Muchas gracias Silvana y gracias también por tu actitud.
Yo entiendo optimismo como una actitud ante la vida, en la que hay que avanzar un poquito cada día. Para ser optimista hay que ser agradecido indispensable
El optimismo surje de la consecución de logros y objetivos tras levantarse despuescde cada caída. Sin retos y equivocaciones no se siente el placer de los logros conseguidos
gracias por los comentarios tan positivos me alentaron mucho estaba deprimida
hace 15 años tuve un divorcio traumático,a resultas del cual tengo una hija que no me dirige la palabra. Se anuló mi matrimonio, y años más tarde me casé de nuevo, siendo bendecido mi matrimonio con dos hijos (5 y 9 años). Marché al extranjero para elevar mi posición económica, lo cual conseguí con muchísimos esfuerzos. Volvía a España hace un año y en el mes de junio le diagnostican a mi mujer un cáncer de pulmón…metastasiado por cuerpo y cabeza; grupo IV, incurable. 44 años tiene mi esposa. ¿Optimismo, se preguntarán?…Del miedo, pasé a la desesperación, de ésta, al abatimiento y de éste, a considerar a Dios como mi más cruel enemigo (“muy alto es el precio; yo le devuelvo [a Dios] la entrada”, le decía el hermano a Aliosha en Los hermanos Karamazov). Pero ha tenido que llegar la hora a saber “leer entre líneas”. Si uno abandona la idea de que la raíz del optimismo es la risa que proporciona una fiesta, la alegría que concede un ascenso o un aumento de sueldo…y desgajando cual cebolla las futilidades de los anhelos occidentales, se zambulle en las entrañas del sufrimiento, y se sitúa en otro ángulo vital, ángulo que faculta para percibir y transitar caminos de lo que es auténticamente humano, entonces se hace uno capaz de seducirse por el optimismo, al menos como yo lo entiendo. Sí; éste es el optimismo del que esto escribe; el optimismo de un corazón triste que le ha hecho ver algo que no puede traer mayor alegría: que tengo una misión y, por tanto, que soy necesario. En realidad no hay nada menos optimista que pensar que hemos sido arrojados a este mundo y no percibir que hemos sido llamados para algo…llamados para-ser-con-los-demás. El sufrimiento de mi esposa y la carita de mis hijos cuando los despierto para llevarlos al cole por las mañanas, me inyectan una sobredosis de optimismo barnizado de seriedad y responsabilidad que me ha hecho ver en su raíz lo importantes que somos todos para Dios…soy ingeniero, y de ello me gano la vida, y en la madurez me licencié en Teología…teórica…nunca imaginé que años más tarde tendría que pasar “el examen práctico”. La verdad es que soy muy optimista en que Dios “me dé el aprobado”…
Gracias, gracias, gracias Fco. Javier por tu testimonio de vida, por tu actitud, por ser un ejemplo de afrontar las dificultades. Y, sobre todo, gracias por compartirlo y por la fuerza y la ayuda que eres, ¡seguro! para todos los que te rodean. Mi más profundo respeto y admiración. ¡Un abrazo fuerte y cariñoso!!!!