Crecer como persona. ¿Te atreves a desafiar tus miedos?

Ser una persona que crece día a día. Este es el propósito en el que quiero ayudaros a reflexionar en este post. Y para ello, os quiero invitar a desafiar vuestros miedos. ¿Os animáis a acompañarme?
He encontrado una historia preciosa, de la que no he podido encontrar el autor, que se llama ‘Las semillas’ y dice así:
“Hubo una vez cuatro semillas amigas que llevadas por el viento fueron a parar a un pequeño claro de la selva. Allí quedaron ocultas en el suelo, esperando la mejor ocasión para desarrollarse y convertirse en un precioso árbol.
Pero cuando la primera de aquellas semillas comenzó a germinar, descubrieron que no sería tarea fácil. Precisamente en aquel pequeño claro vivía un grupo de monos, y los más pequeños se divertían arrojando plátanos a cualquier planta que vieran crecer. De esa forma se divertían, aprendían a lanzar plátanos, y mantenían el claro libre de vegetación.
Aquella primera semilla se llevó un platanazo de tal calibre, que quedó casi partida por la mitad. Y cuando contó a las demás amigas su desgracia, todas estuvieron de acuerdo en que lo mejor sería esperar sin crecer a que aquel grupo de monos cambiara su residencia.
Todas, menos una, que pensaba que al menos debía intentarlo. Y cuando lo intentó, recibió su platanazo, que la dejó doblada por la mitad. Las demás semillas se unieron para pedirle que dejara de intentarlo, pero aquella semillita estaba completamente decidida a convertirse en un árbol, y una y otra vez volvía a intentar crecer. Con cada nueva ocasión, los pequeños monos pudieron ajustar un poco más su puntería gracias a nuestra pequeña plantita, que volvía a quedar doblada.
Pero la semillita no se rindió. Con cada nuevo platanazo lo intentaba con más fuerza, a pesar de que sus compañeras le suplicaban que dejase de hacerlo y esperase a que no hubiera peligro. Y así, durante días, semanas y meses, la plantita sufrió el ataque de los monos que trataban de parar su crecimiento, doblándola siempre por la mitad. Sólo algunos días conseguía evitar todos los plátanos, pero al día siguiente, algún otro mono acertaba, y todo volvía a empezar.
Hasta que un día no se dobló. Recibió un platanazo, y luego otro, y luego otro más, y con ninguno de ellos llegó a doblarse la joven planta. Y es que había recibido tantos golpes, y se había doblado tantas veces, que estaba llena de duros nudos y cicatrices que la hacían crecer y desarrollarse más fuertemente que el resto de las semillas. Así, su fino tronco se fue haciendo más grueso y resistente, hasta superar el impacto de un plátano. Y para entonces, era ya tan fuerte, que los pequeños monos no pudieron tampoco arrancar la plantita con las manos. Y allí continuó, creciendo, creciendo y creciendo.
Y, gracias a la extraordinaria fuerza de su tronco, pudo seguir superando todas las dificultades, hasta convertirse en el más majestuoso árbol de la selva. Mientras, sus compañeras seguían ocultas en el suelo. Y seguían como siempre, esperando que aquellos terroríficos monos abandonaran el lugar, sin saber que precisamente esos monos eran los únicos capaces de fortalecer sus troncos a base de platanazos, para prepararlos para todos los problemas que encontrarían durante su crecimiento”.
¿Qué le hizo falta a la semilla para crecer y convertirse en un majestuoso árbol? ¡Exacto! Hacer frente a sus miedos.
Y ese es el secreto también para crecer como persona. Desafiar los miedos y afrontar las dificultades. ¿Os habéis dado cuenta de la valentía de esas personas que consideramos grandes?
Una persona puede ser grande en su profesión. Pero ¿qué creéis que le ha llevado hasta ahí? Para alcanzar el éxito ha tenido que desafiar sus miedos, aprovechar las oportunidades, tropezar, levantarse y volver a caer para empezar de nuevo, buscar alternativas al camino que se había marcado, aprender, confiar y esforzarse…
Una persona puede ser grande en su vida personal. Para ello, también ha desafiado sus miedos. Porque una persona grande en su ámbito personal no teme mostrar su amor hacia sus familiares y amigos, no tiene miedo a sacrificarse por esa persona a la que quiere, es valiente para perdonar y seguir amando. No duda en prescindir del descanso si alguien cercano necesita de su ayuda. Y eso es lo que le lleva a ser una persona grande.
Pero lo verdaderamente grande, la persona grande es la que consigue su mejor versión en todas sus facetas. Esa persona que todos conocemos que es una gran compañera de trabajo, un gran amigo, que es solidario y que, además, no duda en demostrar su amor hacia los demás… ¡Qué maravilla!, ¿verdad? Y os aseguro que hay muchas personas así. Pararos un momento y mirad a vuestro alrededor… ¿Las reconocéis? Ahora es el momento de darnos cuenta de la grandeza de todas esas personas, de que son muchas, seguro que la mayoría de vosotros sois personas grandes… Y tenemos que darnos cuenta para no dejarnos dominar por el sentimiento de indefensión ante el horror de la guerra, para sacarnos del abatimiento que nos producen a diario las imágenes que vemos por televisión o en las Redes Sociales y vencer el miedo y preguntarnos ¿qué podemos hacer para ayudar a superar esta durísima situación? Tenemos diariamente ejemplos de muchas personas que, dentro de sus posibilidades, están dando lo mejor de ellas.
Seamos esa semilla que ha crecido desafiando sus miedos hasta convertirse en un árbol majestuoso y fuerte. ¿Os atrevéis? ¿Os atrevéis a desafiar vuestros miedos, a convertiros en una persona grande? ¡Es el momento! ¡Es tu momento!