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¿Confías en los que te rodean o vives rodeado de miedos?

Esta semana quiero hablar de confianza y de miedos. Hay personas que viven en una constante actitud de alerta, de sospecha ante los demás, de miedo por lo que pueda pasar, de temor porque los demás les fallen o les traicionen. Otras, optan por observar la vida, sin juicios preconcebidos. Son personas que prefieren cultivar la confianza en los demás. Personas que viven la vida y disfrutan de cada segundo que ésta les regala, que sacan partido de cada situación y que aprenden de los que les rodean.

miedos

Y hoy quiero empezar con una historia, con un cuento que siempre me ha gustado, el de ‘La Sospecha del Mercader’:

“En la hermosa ciudad de Babilonia, vivía un rico mercader que poseía todas las habilidades en el arte de las transacciones, ya que era tan hábil con los negocios que conseguía de los demás aquello que en cada momento le  interesaba. Pero Afrasiab, que era así como se llamaba, tenía dos grandes preocupaciones en la vida, que desde hacía varios años le obsesionaban.

     La primera se trataba de su negocio. Afrisiab tenía la sospecha de que los que para él trabajaban no eran de fiar. Sentía que le robaban cantidades y servicios que sin resultar de extrema gravedad, no podía comprobar.

      La segunda se trataba de su bella mujer a la que consideraba una buena esposa pero pensaba que era fácil de engañar, por lo que no confiaba en su  fidelidad y, esto le tenía realmente inquieto. Afrasiab vivía entre ambos mundos tratando constantemente de controlar y vigilar…

         Y efectivamente, cuando observaba a sus empleados, veía en sus rostros todas las señales inequívocas y típicas del ladrón: sus miradas furtivas que seguro que indicaban algo que ocultar… el tono de sus conversaciones cuando él aparecía… incluso el nerviosismo de sus respuestas cuando les sometía a interrogatorios sutiles y encubiertos.

       Afrasiab tenía que reconocer que no eran imaginaciones suyas pues los detalles “encajaban” y confirmaban con toda claridad sus sospechas.

        Por otra parte, cuando vigilaba los pasos de su esposa, todo parecía indicar que su comportamiento era obviamente sospechoso; no cabía duda de que ocultaba algo. La manera de bajar la voz cuando se refería a sus salidas, sus silencios y miradas melancólicas al horizonte indicando regocijo de algo que, seguramente, no se podía pronunciar… y otras muchas actitudes que, sin ella pretenderlo, hacían que todas las suposiciones encajasen a la perfección en la mente de Afrasiab.

      Llegó un día en que decidió poner fin a esta amargura, así que por una parte decidió encargar una secreta investigación de las cuentas de su negocio, de manera que pusiese al descubierto las anomalías que sospechaba. Y por otra, encargó a un criado de su confianza que siguiera los pasos de su mujer, a fin de confirmar lo que parecía evidente.

      Tras tres semanas de espera… descubrió que sus empleados eran absolutamente inocentes de sus sospechas y, su mujer resultaba tener el comportamiento más ejemplar y correcto que él nunca había podido imaginar.

      Al día siguiente, al reintegrarse al trabajo observó que los mismos gestos que toda la vida hicieran sus empleados, en esta ocasión, no parecían actitudes de ocultación, y casualmente, sus tonos de voz y las miradas que le dirigían, aunque iguales que en otras ocasiones, ya no le parecían tan sospechosas. “¡Curioso!”, pensó. Y entonces es cuando entendió que lo que hacían era observarle, admirarle y contentarle en todo lo que hacían pues para ellos era el ejemplo a seguir.

      Más tarde, al llegar a su casa y realizar las preguntas que habituaba a formular, resultó que sus referencias a las salidas que ella había realizado ya no tenían, asombrosamente, el tinte de ocultación que antes era obvio… Sus silencios, aunque iguales en aspecto a los anteriores ya no parecían guardar secretos. Entonces es cuando entendió que hablaba en un tono bajo para trasmitirle la dulzura que a él tanto le gustaba, que cuando percibía regocijo en su esposa era por el amor que sentía por su marido…

Todo había cambiado pensaba: “¡Qué raro! y sin embargo todos hacen lo mismo”.

      En ese momento de silencio meditativo, se oyó la melodía de un poeta que rasgando su guitarra decía:

La desconfianza es la madre del error y la hermana del dolor inútil. El que tiene en la frente un martillo solo ve clavos… “

¿Cuántas veces nos preocupamos por cosas que verdaderamente no van a pasar nunca? ¿Cuántas veces posponemos la solución a un problema por el temor al desgaste que supone y cuando lo abordamos nos damos cuenta de que no era para tanto? ¿Cuántas veces dejamos morir una amistad por un malentendido, por una sospecha?

No os podéis imaginar en qué medida afectan nuestras preocupaciones a nuestra salud, a nuestras relaciones sociales y sentimentales, a nuestro rendimiento en los estudios o en el trabajo. Y, está comprobado por estudios realizados por el psicólogo Friedrich Perls, que de todas nuestras preocupaciones apenas un 4% son reales y están dentro de nuestro control. Del resto, otro 4% es real pero no podemos cambiarlas. Pero, según estos mismos estudios ¡el 40% de nuestras preocupaciones se producen por cosas que no han pasado y que, en la mayoría de los casos, nunca sucederán! El resto son preocupaciones por problemas menores de salud que llegan a condicionar nuestra vida o por circunstancias que ya han sucedido y que no pueden cambiarse.

Si esto es así, ¿qué podemos hacer con nuestra tendencia a preocuparnos, a sospechar, a vivir con miedos?

Yo os invito a desviar vuestra atención hacia lo que sí podéis cambiar, hacia lo que sí va a pasar y está en nuestras manos disfrutarlo, evitarlo o minimizarlo… Os invito a preguntar en lugar de sospechar de los que os rodean, a pasar a la acción en lugar de lamentaros…

Si está en tus manos, piensa cómo se puede solucionar. Si no ha ocurrido o no está en tus manos, destiérralo de tu mente y céntrate en lo que sí está a tu alcance, en lo que sí es cosa tuya.

Y tú, ¿te atreves a desterrar tus miedos y temores y a afrontar la vida con valentía, ilusión y confianza?

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Comentarios (3)

Muchas gracias por tan sabios consejos trato de verlos y hacerlos realidad en mi vida y comparto para que puedan llegar a más y más seres,y mejorar nuestras vidas.

Muchas gracias a ti por tu aportación ¡Un abrazo!

Bendiciones infinitas Luis, sus sabio consejos me dan alivio a algunos sentimientos que tengo y no entiendo. Muchas gracias por todo.

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