Desafíos. ¿Huyes o te enfrentas a ellos?

Desafíos del nuevo curso. Esta tercera semana de septiembre os quiero hablar de desafíos. Porque, ¿verdad que cuando empieza un nuevo curso nos planteamos o se nos plantean nuevos desafíos?
Para comenzar, quiero realizarte una pregunta:
- Ante los desafíos, ¿cuál es tu actitud? ¿Eres de los que escapan en cuanto pueden, de los que los afrontan porque no hay más remedio o de los que buscan, con buena actitud, la manera de superarlos y afrontarlos?
Os invito a conocer esta vieja historia sobre desafíos, que tiene como protagonista a un viejo campesino cansado de los obstáculos que cada día tenía que afrontar.
“Cuentan que un día un campesino de gran edad fue a conversar con su Dios y le dijo:
- Mira, tú eres Dios y creaste el mundo, pero hay una cosa que tengo que decirte: No eres un campesino y desconoces lo más básico de la agricultura. Tienes algo que aprender.
- ¿Qué puedes aconsejarme?, dijo Dios.
La respuesta del granjero fue la siguiente:
- Dame un año para hacer las cosas como yo elija y veamos qué resultados obtengo. Te aseguro que la pobreza no existirá más.
Dios le concedió ese año al viejo campesino. Este, naturalmente, pidió lo mejor y nada más que lo mejor: ni tormentas, ni vendavales, ni nada que pusiera en peligro el grano. Cuando quería sol, había sol; cuando quería lluvia, llovía tanto como hiciera falta. Este año todo fue perfecto, muy cómodo, muy fácil, y él muy feliz. En todos los años que el viejo llevaba trabajando el campo, jamás había visto al trigo crecer tan alto.
Tanto creció que el granjero fue a ver a Dios y le dijo:
- ¡Mira! Esta vez tendremos tanto grano que, si la gente no trabaja en diez años, aun así, tendremos comida suficiente.
Sin embargo, días después, cuando se recogieron los granos, resultó que estaban vacíos. El granjero no lo comprendía y tuvo que preguntar a Dios:
- ¿Qué pasó, qué error hubo?, le dijo alarmado.
- Como no hubo desafío, no hubo conflicto, ni fricción, como tú esquivaste todo lo malo, el trigo se volvió impotente. Un poco de lucha es imprescindible. Las tormentas, los truenos, los relámpagos son necesarios, porque sacuden el alma dentro del trigo y lo hacen fuerte y apto para una buena cosecha. La lucha contra las inclemencias hace que se obtenga el trigo de mejor calidad.
El granjero, apesadumbrado, se dio cuenta de la lección que había aprendido y de que un camino fácil no siempre es el más adecuado.”
Ya sabéis que siempre (en mis conferencias, cursos y artículos) pongo el ejemplo de las palabras de Rafa Nadal cuando dijo que ante un partido difícil hay que poner ‘el doble de pasión y el doble de ilusión’ como muestra de lo que hay que hacer cuando tenemos que enfrentarnos a los desafíos.
Pues bien, me gustaría que os pararais a analizar, ¿qué es lo que hacéis vosotros ante una situación difícil? ¿Cómo afrontáis los desafíos que os pone la vida por delante? Porque, ¡desde luego!, no siempre es sencillo adoptar la actitud de Nadal, pero ¿cuál es la otra opción? ¿Agachar la cabeza? ¿Dejar de lado nuestros sueños porque sabemos que nos va a costar llegar hasta ellos? ¿Verdad que no?
Pues como estoy casi seguro de que no sois de los que ‘tiran la toalla’ ante el primer obstáculo que os encuentran, y que afrontáis los desafíos con pasión, ilusión y esfuerzo, quiero proporcionaros unas claves que, como siempre os digo, a mí me ayudan cada vez que se me presenta un desafío.
- Hazte esta pregunta: ¿Estás seguro de que es lo que quieres? Y si la respuesta es sí. ¿Cuánto deseas alcanzar ese objetivo? Y, sobre todo, ¿Por qué y para qué quieres alcanzarlo? Verás como cuando tienes claro el objetivo, cuando eres consciente de que llegar hasta esa meta, superar ese desafío es uno de tus mayores deseos, no vas a plantearte si el camino es fácil o difícil porque crees firmemente que ¡vas a lograrlo! En este punto no puedo evitar traer a este post a otro tenista que nos está haciendo soñar con que nada es imposible. ¡Sí!, lo habéis adivinado, hablo de Carlos Alcaraz, un joven de 19 años que ha conseguido ser el número 1 del mundo, un sueño para él hace tan solo un año. Pero… ¡qué claro tenía que podía conseguirlo! ¿Verdad?
- ¿Qué vas a hacer para conseguir eso que quieres? ¿Qué pasos vas a dar? Seguro que a todos nos asalta en alguna ocasión el espíritu del campesino del cuento, tomar el camino que nos parece más fácil. En este punto, hemos de hacernos esta pregunta: ¿Realmente ese camino es el adecuado? ¿Nos interesa utilizar ese atajo? Si el camino más fácil es el adecuado ¡adelante! Si, por el contrario, alcanzar ese objetivo, ese sueño…requiere de nuestro esfuerzo ¡adelante también! Pensemos en esos pasos que se van a dar y vamos a darlos, poco a poco, cumpliendo pequeños objetivos y felicitándonos por cada logro. ¿Os acordáis del método Kaizen?
- Por último, ¿qué actitud vas a adoptar ante los obstáculos que te encuentres para hacer frente a ese desafío? En este punto, como siempre insisto, debemos identificar los obstáculos como un aprendizaje, como una oportunidad para perfeccionar nuestro camino… ¡y nunca olvidarnos de disfrutar de ese aprendizaje! Porque en nuestro trabajo por superar ese desafío ¡también debemos disfrutar! ¿Qué hace a Rafa Nadal o a Carlos Alcaraz diferentes del resto? Además de su esfuerzo y constancia… ¡disfrutan de cada momento de juego! Incluso en sus partidos más difíciles.
Seguro que este nuevo curso se os presentan nuevos desafíos, ¿os atrevéis a hacerles frente con la mejor de las actitudes? ¿Os comprometéis a perseguir vuestros sueños a pesar de las dificultades?