Escucha. Aprende. Acepta
Escucha. Esta semana en el post quiero reflexionar acerca de la importancia de la escucha. Porque cuando escuchamos a otras personas, aprendemos de ellas, pero además también nos damos la oportunidad de aceptar su visión de lo que nos está contando. Porque escuchar nos ayuda a comprender, el primer paso para la aceptación. ¡Y es tan importante hacerlo! Siempre.
La idea de reflexionar acerca de la escucha me vino a la cabeza la semana pasada cuando leí la historia de las Bibliotecas Humanas. Puede que alguno de vosotros ya la conozcáis, pero voy a contarla porque para mí ha sido un descubrimiento.
En Dinamarca, nacieron unas bibliotecas donde se puede pedir prestada a una persona en lugar de un libro. ¡Sí! Se trata de tener la oportunidad de escuchar la historia de la vida de esta persona durante 30 minutos.
La primera biblioteca humana abrió en Copenhague en el año 2000. La iniciativa partía de una ONG ‘Stop the Violence’ y quería luchar contra los prejuicios, promover el diálogo, la tolerancia y luchar contra la incomprensión. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que escuchar lo que ‘el otro’ tiene que contarnos?
En la biblioteca humana se ofrecen títulos como ‘Historia de un gitano’, ‘Soy refugiada’, ‘Vivo con VIH’, ‘Fui alcohólico’, ‘Soy sordociego’, ‘Vivo con una discapacidad’… Se trata de historias apasionantes, llenas de vida y narradas en primera persona, directamente de la boca de sus protagonistas. Al escuchar a esa persona contarte su realidad te das cuenta de lo fácil que es juzgar por las apariencias y de lo mucho que nos equivocamos al hacerlo. Lo sencillo que es juzgar un libro por su portada, pero sin pararse a adentrarse entre sus páginas.
¿No es maravilloso poder conocer a fondo la historia de esas personas por las que en otra situación no nos interesaríamos?
En un mundo en el que las prisas, las nuevas tecnologías, en el que los mensajes de Whatsapp reemplazan las conversaciones en torno a una mesa, en una tertulia de sofá, en una hamaca en la playa… este proyecto danés es una vuelta a esas conversaciones de café. Sin prisa. Con los oídos y el corazón bien abiertos. Una recuperación de la escucha activa y responsable.
Este innovador y brillante proyecto está activo en más de 50 países para recordarnos lo importante que es escuchar a los demás sin prejuicios, con atención, con la mirada limpia y con ganas de comprenderlos.
Hace un tiempo escribía un post acerca de la importancia de escuchar a los demás para conectar con ellos. Hoy quiero recuperar esta reflexión e invitaros a entrenar la escucha activa.
¿Sabéis cuánto puede ayudar a una persona sentirse escuchada?
Me gustaría contarte algunas pautas que creo que pueden ayudar en este ejercicio de la escucha:
-Deshazte de ideas preconcebidas acerca de lo que vas a escuchar. No se trata de conocer de antemano la respuesta. Escucha. Comprende a la otra persona y sólo si de verdad vas a aportar algo valioso, rompe tu silencio. Muchas veces, lo que la otra persona necesita no es tu opinión sino alguien que sea capaz de escucharla y comprenderla sin juzgar, alguien que la mire con los ojos de la sincera comprensión.
-Deja de mirar el móvil cuando mantengas una conversación con alguien. Seguir pendiente de tu móvil es poco más o menos que decir: ¡No me interesa en absoluto lo que tienes que contarme! Mejor mirar a la otra persona a los ojos, que encuentre en los tuyos tu comprensión y dedicación por ella, que sepa que de verdad te interesa.
– Mantente atento a los gestos. El lenguaje corporal de esa persona es importante. ¡Muy importante! Sus movimientos nos ayudan a comprender mejor lo que nos quiere decir, lo que le cuesta contarnos, y lo que verdaderamente le importa.
-Cuida también tu lenguaje corporal. No sólo escuchamos con los oídos. Nuestros ojos, nuestro cuerpo, nuestros gestos… ¡le dicen mucho a los demás! Escucha con todo tu ser si, de verdad, quieres aprender de esa otra persona, si de verdad quieres comprenderla… si quieres entender cómo se siente.
En el proyecto de la biblioteca humana del que os he hablado, la escucha sirve para aprender a aceptar a determinadas personas a las que mostramos un rechazo inicial porque tenemos una idea preconcebida sobre ellas, porque las hemos asociado a un estereotipo guiado por nuestros prejuicios.
En el día a día, escuchar a las personas también nos ayuda a aceptarlas. Y, además, nos ayuda a mostrarles que nos importan. Porque les estamos dedicando tiempo, eso tan valioso para todos, les estamos dedicando tiempo de calidad. Sin interrupciones. Con todos los sentidos puestos en ellos, en su historia, en lo que nos están contando y que, para ellos, es tan importante.
Como decía Stephen Covey en su libro “Los siete hábitos de las personas altamente efectivas”, la escucha requiere fuerza emocional:
“Para relacionarnos efectivamente con un cónyuge, con nuestros hijos, amigos o compañeros de trabajo, debemos aprender a escuchar. Y esto requiere fuerza emocional. El escuchar requiere tener cualidades del carácter altamente desarrolladas tales como paciencia, estar abiertos y desear comprender”
Por eso, cuando alguien os abra su corazón, cuando alguien os cuente su historia ¡prestad atención! En realidad, os está haciendo un regalo muy valioso. Está compartiendo algo muy importante de su vida con vosotros, ¿no pensáis que merece toda vuestra atención?
¿Os atrevéis a practicar la escucha? ¿Os animáis a comprender lo que los demás quieren contarnos?