Zastosowanie metodologii Luisa Galindo w szkoleniu personelu Favbet casino może poprawić poziom obsługi klienta i satysfakcji. sap hana implementation

Obstáculos ¿Te atreves a hacerles frente?

Obstáculos

Obstáculos. Esta última semana de agosto en la que la mayoría nos estamos preparando para volver al ritmo de vida del trabajo, los estudios, la casa… quiero que hablemos de obstáculos, de esos tropiezos que nos encontramos en el camino hacia nuestra meta. Y quiero que seamos capaces de distinguir entre los obstáculos que verdaderamente existen y que hemos de ser capaces de superar, y los que nosotros mismos creamos, la mayoría de las veces, por nuestro miedo a seguir avanzando.

¿Te animas a enfrentarte a los obstáculos que encuentras por el camino?

En esta ocasión, he elegido una reflexión de Jorge Bucay, incluida en sus ‘Cuentos para pensar’ y que se denomina ‘Obstáculos’.

“Voy andando por un sendero.

 Dejo que mis pies me lleven.

 Mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las piedras. En el horizonte se recorta la silueta de una ciudad. Agudizo la mirada para distinguirla bien. Siento que la ciudad me atrae.

Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo encontrar todo lo que deseo. Todas mis metas, mis objetivos y mis logros. Mis ambiciones y mis sueños están en esta ciudad. Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me gustaría ser, aquello a lo que aspiro, o que intento, por lo que trabajo, lo que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis éxitos.

 Me imagino que todo eso está en esa ciudad. Sin dudar, empiezo a caminar hacia ella.

 A poco de andar, el sendero se hace cuesta arriba. Me canso un poco, pero no me importa. 

 Sigo. Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino. Al acercarme, veo que una enorme zanja me impide mi paso. Temo… dudo.

Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente. De todas maneras, decido saltar la zanja. Retrocedo, tomo impulso y salto… Consigo pasarla. Me repongo y sigo caminando.

Unos metros más adelante, aparece otra zanja. Vuelvo a tomar carrera y también la salto. Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado. Me sorprende un abismo que detiene mi camino. Me detengo. Imposible saltarlo

Veo que a un costado hay maderas, clavos y herramientas. Me doy cuenta de que está allí para construir un puente. Nunca he sido hábil con mis manos… Pienso en renunciar. Miro la meta que deseo… y resisto.

Empiezo a construir el puente. Pasan horas, o días, o meses. El puente está hecho. Emocionado, lo cruzo. Y al llegar al otro lado… descubro el muro. Un gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños…

Me siento abatido… Busco la manera de esquivarlo. No hay caso. Debo escalarlo. La ciudad está tan cerca… No dejaré que el muro impida mi paso.

Me propongo trepar. Descanso unos minutos y tomo aire… De pronto veo, a un costado del camino un niño que me mira como si me conociera. Me sonríe con complicidad.  

Me recuerda a mí mismo… cuando era niño.  

 Quizás por eso, me animo a expresar en voz alta mi queja:

  • ¿Por qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo?

 El niño se encoge de hombros y me contesta:

  • ¿Por qué me lo preguntas a mí? Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras… Los obstáculos los trajiste tú”.

¿En qué medida los obstáculos que nos encontramos en nuestro día a día son reales? ¿Cuántas veces no hemos hecho algo porque el miedo nos ha atenazado y ha levantado ante nuestros ojos una barrera que antes no existía?

Es importante que aprendamos a distinguir entre las dificultades reales con las que nos encontramos y a las que tenemos que hacer frente si queremos seguir avanzando y las que no existían, pero las hemos ido creando con nuestro temor, con nuestros miedos… ¿Sabéis de qué os hablo, verdad?

Para superar las primeras, las reales, hemos de trazar un plan de acción. Preguntarnos de qué manera podemos superarlas. Siempre digo que lo mejor es trazarnos pequeños retos que nos permitan ir salvando ese obstáculo y nos permitan celebrar pequeñas y numerosas victorias, que nos darán fuerza para continuar. ¿Os acordáis del post sobre el método Kaizen? Ir mejorando poco a poco nos ayudará a alcanzar esa meta deseada, a pesar de las dificultades.

Pero ¿Cómo superar los obstáculos hemos creado nosotros mismos?  ¿Cómo enfrentarnos a nuestros miedos?

Os propongo que cuando la inseguridad y el miedo os atenace volváis la vista atrás… ¡qué maravilla! ¿Verdad? ¡Cuánto hemos avanzado! ¡Cuánto hemos conseguido! Y lo hemos hecho nosotros, los mismos que ahora creemos que no tenemos los recursos, que no podemos más, que no vamos a conseguirlo.

¡Eso es! Centraros en lo que ya habéis logrado y veréis como ese no ante el obstáculo se convierte en un ¿por qué no? ‘Si he podido con lo anterior, ¿Cómo no voy a poder con esto?

El siguiente paso es, en lugar de pensar en el miedo, en la dificultad del obstáculo… centrar nuestra mente en las oportunidades que se nos presentan en la búsqueda de ese plan de acción para superarlo, en lo que vamos a aprender y en todo lo que nos vamos a llevar de ese camino recorrido: experiencias, amistades, conocimientos, … fortaleza, en definitiva, que nos harán sentirnos orgullosos de las personas en las que nos hemos convertido.

¿Qué os parece? ¿Os atrevéis a hacer frente a los obstáculos que se nos presentan en el camino hacia la meta? ¿Os animáis a enfrentaros a vuestros miedos?

Posts Relacionados