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Ser flexible para avanzar. ¿Te atreves?

ser flexible

Ser flexible para avanzar. Esta semana quiero animaros a reflexionar sobre la necesidad que tenemos en determinados momentos de ser flexibles, de mirar más allá de nuestro camino, de estudiar opciones que nunca pensamos que habríamos considerado, pero que son necesarias para poder seguir avanzando en nuestro camino.

¿Os atrevéis a practicar la flexibilidad para avanzar?

Como cada semana, he escogido un cuento que nos va a ayudar a reforzar esta idea de incorporar la flexibilidad en nuestra vida.

“Un hombre llevaba recorriendo un camino muy complicado durante mucho tiempo, tenía sed, el calor era intenso, y no encontraba un lugar para beber. De pronto vio un pozo, era algo extraño ya que nunca imaginó que en aquellas tierras apartadas pudiera existir algo construido por el hombre. Se asomó y vio que tenía agua. Sin embargo, no encontraba la forma de sacar el agua del interior, no encontraba una cuerda con un cubo para conseguir el agua que tanto deseaba.

Decepcionado, el hombre siguió su camino sinuoso y caluroso. Al poco tiempo, calló desmayado por la deshidratación. Poco después, un hombre mayor lo encontró, lo reanimó y le dio de beber.

El hombre le preguntó:

  • ¿Acaso no vio el pozo que está unos metros atrás?

A lo que el caminante contestó:

  • Lo vi, pero no había cómo obtener el agua. 

El viejo preguntó de nuevo al hombre:

  • ¿Rodeó el pozo?

Molesto con la insistencia del hombre contestó:

  • No, solo me asomé, vi el agua, vi que no había cubo ni cuerda, y como estaba muy cansado seguí mi camino, tal vez encontraría algo más adelante, nunca salí de la vereda.

El viejo le respondió:

  • Construí ese pozo para que quien anduviera ese camino, tuviera una forma de beber, no hay más que ese pozo en muchos kilómetros a la redonda, ni ríos, ni nada, pero todos los que pasaban se llevaban mi cuerda y mi cubo, por eso entendí que si alguien quería realmente beber lo único que tenía que hacer era salir un poco del camino y rodearlo, buscar bien, ahí están la cuerda y el cubo que te hubieran permitido beber, pero preferiste seguir de frente, no te preocupaste por buscar, por cambiar un poco tu ruta, pudiste haber muerto, y sólo por seguir el mismo camino por el que ibas”.

¿Cuántas veces nos empeñamos en continuar por un camino, con una manera de hacer las cosas, con un sistema, pese a que no nos está funcionando?

¿Cuántas oportunidades nos perdemos en la vida por no ser flexibles, por no probar nuevas ideas, cosas diferentes, otras salidas?

Seguro que a todos nos ha pasado en alguna ocasión que no hemos visto más allá del camino, ¿verdad? Hemos sido incapaces de encontrar una salida diferente, una nueva oportunidad porque nos hemos centrado solo en nuestra manera de hacer las cosas, sin tener en cuenta que existen otras formas diferentes, otras sendas, a veces mejores y más enriquecedoras, que también nos pueden conducir al mismo destino.

¿Os animáis a abrir vuestra mente a nuevas ideas, a nuevas posibilidades?

¿Os atrevéis a ser flexibles, a abandonar la rigidez de determinadas normas autoimpuestas?

¡Seguro que valdrá la pena! ¿Sabéis por qué? Porque cuando nos abrimos a nuevos caminos, cuando nos salimos un poco de la rutina, aprendemos nuevas formas de afrontar las dificultades. Porque cuando somos flexibles también estamos abriéndonos a la posibilidad de que surjan nuevas ideas, nuevos proyectos, nuevas personas colaboradoras en nuestros equipos. Y porque cuando practicamos la flexibilidad somos capaces de adaptarnos a cualquier circunstancia y, por lo tanto, afrontamos mejor cualquier crisis que se presente (sea interna o externa).

¿Sabéis cuáles son las características de las personas flexibles?

  • Respetan y escuchan las opiniones de los demás. Porque son esas opiniones las que les pueden hacer cambiar su visión de la dificultad que se les presenta. Saben que las opiniones de los demás son muy valiosas y les aportan una nueva visión para transitar el camino.
  • Están abiertas al aprendizaje. Aunque tienen una manera de actuar, de trabajar, de afrontar las dificultades son conscientes de que no lo saben todo, y más aún, ¡admiten que pueden estar equivocadas! Por eso, siempre están dispuestas a aprender lo que los demás pueden enseñarles y son capaces de incorporar ese aprendizaje en su día a día.
  • Son humildes. ¡Porque hay que ser muy humilde para aceptar las opiniones de otras personas y dejarse enseñar y aprender de ellas! Esa humildad les hace ser también confiadas con las personas que les rodean. Porque confían en todo lo que pueden ayudarles. No se trata de una fe ciega sino basada en un profundo conocimiento de la situación y de las personas que pueden ayudarles.
  • Se adaptan a cualquier situación. ¿Os acordáis del post sobre la flexibilidad del junco? Esa flexibilidad es la que le hacía sobrevivir, de superar tormentas de las que el roble no podía salir y de ser más fuerte que cualquier otro árbol.
  • Y, por último. Las personas flexibles tienen una actitud positiva ante el día a día. Porque cualquiera que es capaz de salirse de su plan trazado para encontrar una salida al problema, para buscar una oportunidad es que está apostando al 100% por conseguirlo y que no se deja paralizar o acobardar por una dificultad o por un obstáculo.

Insisto ¡Vale la pena incorporar la flexibilidad en nuestro día a día! ¿Os atrevéis a ser flexibles para avanzar?

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