Cosas que te hacen feliz. ¡Búscalas!

Cosas que te hacen feliz. Quiero empezar este mes de diciembre, el último del año, con un post sobre la felicidad. ¿No os parece que diciembre es un mes para reflexionar acerca de todas esas cosas que nos hacen felices? ¿Esas cosas que durante todo el año nos hacen sentirnos bien? Muchas veces es importante que nos paremos a reflexionar porque ¿y si ya tenemos eso que tanto queremos conseguir y no nos damos cuenta?
¿Os animáis a hacer un pequeño parón en vuestra rutina diaria? Para comenzar, os invito a leer una historia: ‘El anciano del pueblo’.
“Había una vez un anciano que vivía en un pueblo. Todos los habitantes lo evitaban, ya que tenía la mala fama de estar siempre de mal humor. Los niños temían pasar por el frente de su casa, e incluso los adultos recelaban al desearle los buenos días.
Los habitantes más longevos del pueblo aseguraban que desde siempre mantuvo esta actitud. Su amargura, odio y resentimiento superaba su carácter; ya que su casa, su césped e incluso sus vecinos también asimilaban este tono lúgubre.
Lo cierto es que un buen día, aquel en el que el anciano celebraba nueve décadas de vida, se empezó a esparcir el rumor de que el anciano estaba feliz. De repente su casa ya no se veía oscura, los vecinos habían recuperado su jovialidad y su césped era el más verde de todo el pueblo.
Todos rodearon su casa en espera de lo que había sucedido, a lo que el anciano los recibió con una gran sonrisa y emoción. Uno de los habitantes se atrevió con voz tartamuda preguntar por qué estaba tan feliz. La respuesta del anciano fue:
- “Nada en especial. He vivido noventa años buscando la felicidad y fue inútil. Hoy decidí dejar de buscarla y amanecí más feliz que en toda mi vida”.
¿Tomamos lápiz y papel? ¿Nos ponemos manos a la obra? Dejemos de lado la rutina y busquemos, echemos la vista atrás a este año que terminará con el mes que hoy comienza…porque ¡seguro! que encontramos alguna cosa por la que sentirnos felices.
Si miramos atrás nos encontramos con todos los propósitos que teníamos al comenzar el año. Todos encaminados a hacernos sentir mejor, a ser más felices. ¿Cuántos de ellos has conseguido? ¿Cómo te has sentido? ¿Te has parado a felicitarte por ellos? ¿Has disfrutado al conseguirlos? Y, sobre todo, ¿has disfrutado mientras trabajabas para alcanzarlos?
En ocasiones, dejamos pasar las pequeñas cosas, la verdadera felicidad, en busca de esa enorme felicidad que nos dedicamos a perseguir durante toda la vida. Por eso es importante reflexionar sobre nuestros sentimientos durante esa búsqueda.
Os propongo un ejercicio para realizar cualquier día.
- Cuando suene el despertador. Incluso antes de poner un pie en el suelo, preguntaros qué vais a hacer HOY para disfrutar del día. Cómo vais a ser capaces de vivir el día al 100%, con pasión. Qué podéis cambiar -lo que está en vuestras manos- para sentiros mejor. ¿Comenzamos agradeciendo? Os aseguro que empezar el día dando las gracias por un día más, por el sol, por la lluvia, por el frío o por el calor, por tener todo un día por delante para cumplir nuestros sueños o por pasar un día más en compañía de nuestra familia y amigos… es una de las mejores maneras de tener un buen día.
- Al levantaros, si tenéis la suerte de desayunar en familia compartid ese pequeño momento con ellos. Aunque solo sean cinco minutos. ¡Os aseguro que cinco minutos pueden servir para cargar las pilas para un buen día! Un rato de sonrisas, de poner en común planes, preocupaciones, de compartir sueños. ¿Os apetece el plan? Dejad los móviles, las tablets… y dedicad ese tiempo al 100% a los vuestros. El tiempo que se dedica a los demás siempre es tiempo que se gana.
- En el trayecto al trabajo -a pie, en coche, en transporte público- no os olvidéis de disfrutar de cada momento. Incluso se puede disfrutar de un atasco mientras escuchas una buena música o dedicas tu tiempo a leer o a organizar la jornada. Es un tiempo para ti. ¿Qué vas a hacer con él? ¿Vas a emplearlo en enfadarte por el atasco habitual o lo vas a emplear en algo que te haga sentirte un poco mejor? ¡Tú eliges!
- Al llegar a tu trabajo, ¡sonríe! ¡Da los buenos días, interésate por esa persona que sabes que pasa por un momento difícil en su ámbito familiar, transmite esa energía que has sido capaz de cargar desde buena mañana! Cuando eres capaz de obtener una sonrisa, de calmar a alguien que sufre ¡te sientes muy feliz! ¡Verdaderamente feliz!
- En tu tarea diaria fíjate pequeños pasos para llegar a alcanzar ese gran objetivo. ¿Qué conseguimos al marcarnos esas metas? Una gratificación constante según logramos superarlas. Tómate tiempo para felicitarte por ello, para disfrutar de lo logrado, para, en definitiva, disfrutar de ese pequeño instante de felicidad. Todo ello te va a cargar las pilas para seguir avanzando hacia el gran objetivo.
- Dedica algo de tu jornada a estar al aire libre. Si puedes da un paseo entre árboles. ¿Has oído hablar de los baños de bosque para recargarte y expulsar el estrés? Si caminar por el bosque no es una opción para ti, pasea por el parque más cercano, por la playa, por donde te venga mejor… pero aprovecha el paseo para sentir: el aire frío en la cara, los rayos de sol, el sonido de la lluvia en el paraguas…
- Al finalizar la jornada y volver con los tuyos. Vuelve otra vez a dedicarles tiempo. De calidad. Para comentar esos ratos buenos y no tan buenos que nos han pasado durante el día. Para poner en común experiencias, intentar acompañar en las dificultades y alegrarse con ellos por los triunfos.
- Y, por supuesto, acaba el día agradecido. Por todos esos momentos en los que has sentido la felicidad, en los que te has sentido pleno, por todas esas cosas que ¡seguro! te han hecho feliz, por todo lo aprendido y por todo lo que te ha dado el día…
Y tú, ¿ya has encontrado las cosas que te hacen feliz cada día? ¡Disfrútalas!