¿De verdad vas a rendirte ahora?
Esta semana os quiero hablar de seguir. ¡Sí! de seguir cuando no puedes más, cuando parece que todo está perdido, cuando te fallan las fuerzas o cuando has sufrido una desilusión. De seguir, ¡por supuesto!, porque no me creo que seas capaz de rendirte ahora. Y es que cuando nos enfrentamos a una situación complicada salimos fortalecidos, ¿te has dado cuenta?
Te propongo que pienses, que recuerdes eso que antes te parecía tan difícil, eso que creías que no eras capaz de hacer, ese sueño qué pensabas que nunca lo lograrías ¡y allí está! Ahora lo ves tan fácil que ya no recuerdas lo que te costó conseguirlo, lo que peleaste, lo que trabajaste por lograr lo que tanto ansiabas… ese título académico, ese reto deportivo, esa relación, en definitiva, ¡ese sueño que alcanzaste! ¿Y ahora? ¿De verdad vas a rendirte?
Cuando no conseguimos algo, pero seguimos intentándolo borramos de un plumazo la palabra fracaso. Porque no hay fracaso cuando se sigue intentando conseguir algo, simplemente se trata de que alcanzar lo que deseamos nos llevará un poco más de tiempo, de trabajo, de esfuerzo ¡sí!, pero con la experiencia de lo que no hemos hecho del todo bien y que ahora podemos modificar. El esfuerzo, el trabajo, el empeño que ponemos en conseguir algo es tan valioso, ¡tanto!, como lo que queremos conseguir. Porque con nuestro esfuerzo diario, con nuestro trabajo, con nuestra voluntad nos fortalecemos cada día un poco más y nos damos cuenta de que somos capaces. ¡Porque la mayoría de las veces somos capaces! No lo dudéis nunca.
Así que os invito a no rendiros, a manteneros firmes en vuestros propósitos, a perseguir vuestras metas, a no desviaros de vuestros objetivos. Y que cuando pensemos que no lo estamos consiguiendo, nos preguntemos: ¿Cómo puedo intentarlo de nuevo? ¿Qué he aprendido? ¿Cuál es el camino que debo tomar?
Dicen que en los momentos difíciles nacen las mejores ideas. Me parece un pensamiento muy adecuado al que debemos recurrir en momentos críticos como éstos, cuando pensamos que nos fallan las fuerzas… Porque hay una fórmula que no falla y que siempre suma: ‘Más pasión, más ilusión, más trabajo’.
¿Conocéis la fábula de los tres leones? ¡Os refresco la memoria!
“Había una vez una selva en la que vivían tres leones. Un día, el mono -el representante electo por los animales- convocó a una reunión para pedirles una toma de decisión.
-Todos nosotros sabemos que el león es el rey de los animales, pero en esta selva hay una gran duda porque tenemos tres leones y los tres son muy fuertes. ¿A cuál de ellos debemos rendir obediencia? ¿Cuál de ellos deberá ser nuestro Rey?, preguntó el mono
Al conocer la inquietud que reinaba en el bosque, los leones comentaron entre sí. -Es verdad, la preocupación de los animales tiene mucho sentido. Una selva no puede tener tres reyes. Luchar entre nosotros no queremos ya que somos muy amigos… Necesitamos saber cuál será el elegido, pero, ¿cómo podemos descubrirlo?
Otra vez, los animales se reunieron y después de mucho deliberar, les comunicaron a los tres leones la decisión tomada:
-Encontramos una solución muy simple para el problema, y decidimos que ustedes tres van a escalar la Montaña Difícil. El que llegue primero a la cima será consagrado nuestro Rey.
La Montaña Difícil era la más alta de toda la selva. El desafío fue aceptado y todos los animales se reunieron para asistir a la gran escalada.
El primer león intentó escalar y no pudo llegar.
El segundo empezó con todas las ganas, pero, también fue derrotado.
El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajó derrotado.
Los animales estaban impacientes y curiosos; si los tres fueron derrotados, ¿Cómo elegirían un rey?
En este momento, un águila, grande en edad y en sabiduría, pidió la palabra:
-¡Yo sé quién debe ser el rey!
Todos los animales quedaron en silencio y la miraron con curiosidad.
-¿Cómo?, preguntaron todos.
Es simple… dijo el águila. Yo estaba volando bien cerca de ellos y cuando volvían derrotados en su escalada por la Montaña Difícil escuché lo que cada uno dijo a la Montaña.
El primer león dijo: ¡Montaña, me has vencido!
El segundo león dijo: ¡Montaña, me has vencido!
El tercer león dijo: ¡Montaña, me has vencido, por ahora! Pero ya llegaste a tu tamaño final y yo todavía estoy creciendo.
La diferencia, completó el águila, es que el tercer león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió la derrota en aquel momento, pero no desistió y quien piensa así, su persona es más grande que su problema: él es el rey de sí mismo, y está preparado para ser rey de los demás.
Los animales aplaudieron al tercer león que fue coronado El Rey de los Animales”.
Así que ya sabéis por muy grande que sea el sueño, el reto, la dificultad… tú siempre estás creciendo y no sabes hasta dónde puede llegar el límite de tu excelencia. ¡Seguro que tú puedes ser más grande que él! ¿Te vas a rendir ahora que ya lo sabes?