Persiste, no te detengas. ¡Esa es la actitud!

Persiste. Sigue. Puedes caer, pero la actitud es la de querer levantarse. Estamos pasando por una época muy convulsa, pero ¿sabes una cosa? ¡Seguimos aquí! Si echamos la vista atrás de estos últimos dos años ¡menudo viaje! ¿Verdad?

¿Crees que rendirse ahora es una opción? Hay que continuar, paso a paso. Porque el simple hecho de continuar nos hace avanzar, aunque sea un poco, hacia nuestros sueños. Y, sobre todo, como te decía hace unas semanas ¡no te olvides de disfrutar del viaje!

Hoy quiero celebrar el verano con un poema atribuido al escritor norteamericano Walt Whitman, ‘No te detengas’:

“No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
“Emito mis alaridos por los techos de este mundo”,
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros “poetas muertos”,
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los “poetas vivos”.
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas”.

Con este post no pretendo ser un iluso. ¡Claro que no! Ya sabéis que no me gusta dar falsas esperanzas, ni decir que es fácil estar ilusionado cada día con la vida. Lo que me gustaría es que nos quedáramos con ‘esa frase’ del poema que podemos aplicar a nuestra situación actual, a la de cada uno.

• No dejes que termine el día sin haber crecido un poco. ¿Qué he hecho hoy que me ha hecho mejor persona, mejor profesional, mejor padre, hijo, amigo, vecino…? Seguro que has hecho un montón de cosas, pero ni siquiera les has prestado atención. ¡Dales la importancia que merecen! ¿Has escuchado a un amigo que lo necesitaba? ¿Has acompañado a tu padre a algún lugar al que no podía ir solo? ¿Has cocinado algo rico para tu familia o amigos?… ¡Todas esas cosas te han hecho crecer! Lo sabes, ¿verdad?
• No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. ¿Cuáles son tus sueños? ¿Qué estás haciendo para que se cumplan? ¡Claro que es difícil! Y hay momentos en los que hay que parar, pensar, en los que tendrás ganas de dejarlo todo de lado…¡No lo hagas! Ese es el momento de echar la vista atrás y mirar todo ese camino recorrido. De felicitarte y de tomar aire, coger fuerza y ¡seguir trabajando!
• Tú puedes aportar una estrofa. ¿Te has dado cuenta? ¿Qué vas a dejar de tu paso por la vida? ¿Cuál va a ser tu huella? Puedes ser una de esas personas que dejan luz, que dejan el mundo un poco mejor. ¿Eres de ellas? Todavía estás a tiempo de formar parte del grupo de esas personas bonitas, esas personas que dejan un tesoro y, sobre todo, mucho amor y cariño.
• Valora la belleza de las cosas simples. Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas… Me gusta repetirlo. La belleza más grande de nuestra vida está en las pequeñas cosas. Y no solo lo digo yo. Lo decís vosotros cuando os pregunto por esas cosas que os producen felicidad: un paseo con mi perro, un baño en la playa o en el río, la comida de los domingos con la familia, ese refresco entre amigos… ¡Atrévete a valorar todas esas pequeñas cosas!
• Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante… ¿Os acordáis del post sobre el miedo? Os invito a releerlo ¡Vence tus miedos! Aprovecha ese miedo, ese pánico que nos provoca a veces la vida. Saca todo el beneficio de esa situación tensa y ¡vive intensamente cada ocasión! Venciendo miedos, superando obstáculos y aprendiendo de cada resbalón…
• Y, por último, aprende de los que pueden enseñarte… ¡Quien mejor para enseñarnos que las personas que han pasado por una experiencia similar, que los profesionales de la vida… nuestros mayores! Aprende de ellos. Aprovecha que todavía los tienes cerca para prestarles atención y escuchar todo lo que nos tienen que decir. ¿No crees que son los mejores maestros? Piensa que algún día tú tomarás el relevo y te convertirás en maestro de esos nuevos caminantes de la vida…

Ya os he dicho que no quiero ser un iluso. Lo que he pretendido con este post es impulsarnos a disfrutar de la vida, a no rendirnos y a seguir, a pesar de todos esos obstáculos que se ponen en nuestro camino. ¿Empezamos a trabajar en ello? ¿Te atreves a no rendirte y seguir?