Perseverancia. ¡Sigue intentándolo!

Perseverancia. Esta semana quiero reflexionar acerca de una cualidad que es importante en todos nosotros: la perseverancia. ¿Eres perseverante o te rindes fácilmente? ¿Lo intentas una y otra vez? ¿Sigues adelante y no paras hasta conseguirlo? ¡Cuántas preguntas!, ¿verdad?
Pues para comenzar, como cada semana, he buscado una historia que nos puede ayudar. Una fábula china que me ha parecido muy interesante.
“Li Bai fue uno de los poetas más famosos de la dinastía Tang. La leyenda cuenta que cuando era muy pequeño no le gustaba mucho leer. Por lo general, siempre que tenía que leer se escabullía de su casa para jugar. Un día en el que salió para ir a divertirse se encontró con una anciana a la orilla de un pequeño río. La vieja señora sujetaba una barra de hierro, que se disponía a afilar con una piedra. El pequeño Li Bai pensó que era algo realmente extraño por lo que le preguntó:
- Abuelita, ¿qué es lo que hace ahí?
La anciana, sin darse la vuelta para verlo, ya que no quería dejar de afilar a barra, le dijo.
- Deseo convertir esta barra de hierro en una aguja para bordar.
A Li Bai le pareció que su respuesta era aún más extraña, así que volvió a preguntar:
- Esa barra de hierro es muy gruesa, ¿cómo podría afilarse hasta convertirse en una aguja para coser?”
La anciana, entonces, respondió:
- Hoy la afilaré, mañana la afilaré, cuanto más la afile, más delgada y fina se hará, al final sólo tenemos un día para poder convertir esta barra de hierro en una aguja para coser, sólo es cuestión de tiempo.
Li Bai escuchó las palabras de la anciana y pensó con corazón y mente:
Es cierto, pensó, las cosas deben hacerse siempre con perseverancia, a fin de que pueda hacerse un buen trabajo.
Desde ese momento, Li Bai trabajó arduamente en sus estudios y tiempo después se convirtió en el más grande y renombrado poeta de la dinastía Tang.
Hoy en día la gente de todas partes continúa repitiendo: “siempre que exista una ardua labor, recuerda que una barra de hierro puede afilarse hasta ser una aguja”.
Y tú, vuelvo a hacerte la pregunta:
- ¿Eres perseverante?
¡Qué difícil es serlo a veces!, ¿verdad? Soy muy consciente de que en esta época tan difícil que atravesamos desde hace ya más de un año es complicado mantener la firmeza, seguir constante en el trabajo para alcanzar nuestras metas. Más aún cuando no vemos los resultados de manera inmediata. Pero ¿y si nos detenemos a mirar? ¿Y si nos fijamos en los detalles? ¿Creéis que la anciana vio de inmediato que su barra de hierro iba camino de ser una aguja? ¡Claro que no! Lo pensó, pero no lo vio, pero -sin embargo- no desistió. Se puso a trabajar para hacerlo realidad.
¿Y cómo ser perseverante? Sobre todo, ¿cómo no caer en el desánimo cuando parece que todo está en nuestra contra?
Hay una frase que me habréis escuchado decir en muchas ocasiones: ‘Sólo conozco dos maneras de vivir la vida: Hacerlo con pasión o hacerlo con pasión’ ¡Pues puede que ahí radique la clave de lo que os quiero contar! Porque para ser perseverante en algo, hemos de tener mucha pasión por conseguirlo. Esa es, sino la principal, sí una de las más importantes claves de la perseverancia: ¡las ganas! ¡La pasión! ¡El deseo por alcanzar esa meta!
Así que, os haré otra pregunta:
- ¿De verdad que queréis conseguirlo? ¿Es alcanzar esa meta algo que deseáis por encima de cualquier otra cosa? ¿Estáis dispuestos a dejarlo todo por ese sueño?
Otra clave importante que nos ayudará a ser perseverantes es conocer bien el camino que hemos de seguir. Por mucho que ansiemos alcanzar algo sino sabemos cómo hacerlo nuestro esfuerzo será baldío. Por lo tanto, hay que preguntarse:
- ¿Estoy preparado para conseguir eso que tanto deseo? Si la respuesta es afirmativa, ¡vamos! ¡Ya puedes empezar! Si todavía no estás preparado, ya tienes una primera tarea: ¡Empieza con tu preparación hasta convertirte en alguien capaz de lograrlo!
Una vez tengamos claras nuestra pasión y nuestra preparación, ¡vamos a por ello! Pero seamos conscientes de que nos vamos a encontrar obstáculos por el camino. Habrá días en los que avancemos y otros en los que nos parezca que vamos andando hacia atrás. ¡No es así! Siempre habremos avanzado, aunque haya sido porque hemos aprendido algo nuevo, porque nos hemos equivocado o nos hemos caído por el camino. Si nos hemos levantado y hemos aprendido del error, ¡ya hemos avanzado!
Y es entonces, cuando llega el momento de ser perseverante… ¿qué vamos a hacer? ¿Nos vamos a dejar vencer por un contratiempo, por duro que éste sea? O ¿Vamos a poner todas nuestras ganas en conseguir nuestro objetivo, en llegar a nuestra meta?
Para contestar a estas dos preguntas, es importante que midamos los resultados obtenidos hasta el momento. ¿Dónde estabas en el momento de empezar? ¿Cuánto te has acercado a tu objetivo? De esta forma, cuando nos asalten las dudas sobre si abandonar o no, nos daremos cuenta de cuál ha sido nuestro avance y estos pequeños retos superados nos ayudarán con nuestra tarea de ser perseverantes…. ¿no os parece?
Y recordemos siempre ese proverbio: “Una barra de hierro puede afilarse hasta ser una aguja”.
Y tú, ¿te animas a practicar la perseverancia? ¿Te animas a ir con toda la pasión a por tus sueños? ¡Te invito a hacerlo!